miércoles, 29 de junio de 2011

Viviend@ sustentable

Dicen que es mejor tarde que nunca, pero cuando se va muy atrás en la carrera uno debe apresurarse. Desde hace tiempo, la carrera la encabezaron algunos países europeos, nórdicos particularmente. Después, más a fuerza que con ganas, le siguió Estados Unidos y algunos países asiáticos, dejándonos a Latinoamérica, y muy particularmente a México, hasta el final del maratón por lograr una realidad más sustentable. Nos alegra, de cualquier modo, que en estos días se haya certificado el primer conjunto habitacional sustentable a nivel nacional en la capital de nuestro país. Este esfuerzo se hizo por parte del Instituto de Vivienda del Distrito Federal y Grupo GEO, a quien le daré el beneficio de la duda por estar respaldado por el Gobierno del Distrito Federal, ya que Casas GEO ha demostrado, varias veces en el pasado, irresponsabilidad social, ambiental, ética, de construcción, etcétera.

El conjunto de 33 edificios y 546 departamentos, se encuentra en la colonia Del Gas, en la delegación Azcapotzalco. Con esto, se afirma que se está apostando por una nueva y sustentable forma de construir. Entre las características básicas de este conjunto habitacional se encuentran el uso de calentadores solares, una planta de tratamiento de aguas residuales, depósitos para la captación de lluvia, excusados de bajo consumo de agua y celdas fotovoltaicas para el alumbrado de la calle aledaña. Se pretende, que al contribuir con el ahorro de energía y agua, estos aditamentos ayuden a los habitantes de esta colonia popular a reducir significativamente el pago de sus servicios. Sin duda, aquí podemos observar lo que se puede lograr con un poco de voluntad, no sólo política, sino también, y muy importantemente, de la Iniciativa Privada.

Es muy positivo, sin duda, que el dinero público se utilice para este tipo de proyectos. Sin embargo, existe otro elemento increíblemente importante para poder realmente impactar o generar un cambio en materia ambiental. El gobierno no podrá financiar absolutamente todos los proyectos de este tipo, lo que sí deberá hacer, es impulsarlos mediante leyes e incentivos. Aquí la iniciativa privada y el gremio de arquitectos e ingenieros tendrán que poner de su parte. Resulta imperante que se haga obligatorio el certificar en materia de sustentabilidad nuestras viviendas y edificios. Paralelamente, sin creer que se va a requerir de un esfuerzo económico estratosférico, nuestros diseños tienen que estar llenos de sabiduría e inteligencia; ventilación natural, iluminación natural, uso de materiales aislantes, uso de materiales sustentables, uso de la orientación de nuestras construcciones para aprovechar el sol y no sufrirlo, etcétera. Y a los empresarios tacaños deberá recordárseles que ahorrar muchas veces sale caro, y tendrá que salirles caro en su cuenta eléctrica y demás servicios, así como en el detrimento del planeta en el que viven.

Hagámoslo por beneficio propio, por consciencia, por responsabilidad hacia futuras generaciones. Patriótica y nacionalistamente, sentimientos que nos encanta demostrar, debemos acelerar nuestro paso en esta carrera, y sin olvidar que afortunadamente la carrera cada vez se pone más competitiva. En Nueva York se acaba de diseñar y proponer una colonia o barrio vertical y sustentable de 290 metros de altura. El proyecto incluye paneles solares o fotovoltaicos (que podrán llegar a exceder la demanda de energía del edificio para venderla), mini-turbinas de viento, uso mixto (residencial, comercial, recreacional, laboral y servicios), y un programa de coches eléctricos compartidos (en lugar de estacionamiento para promover también el transporte público). Algunas ideas podrán parecer futuristas, pero no cabe duda que la imaginación nos está quedando corta para la imperante necesidad de revirar nuestro destino en materia ambiental.

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