lunes, 22 de febrero de 2010

¡Pronto México se liberará!

Al igual que nuestro compañero, Julio Hernández, columnista de la Jornada, me gustaría comenzar esta reflexión con la frase final del discurso que emitió Evo Morales en el jardín Hidalgo del Distrito Federal ayer domingo 21 de febrero: “Mucha fuerza hermanas y hermanos, ¡pronto México se liberará!” Al terminar con esta frase su discurso, la multitud se emocionó en un aplauso colectivo. La emoción y el aplauso no se prolongaron demasiado, talvez por que la mayoría de la gente llevaba horas parada en el sol, o quizá por que la incredulidad nos ganó. Es cierto que nos llenó de esperanza por unos segundos, como si un profeta nos prometiera el deseo más anhelado, pero la realidad regresó, golpeándonos como tantas veces, haciéndonos dudar en nuestro presente oscuro si el cambio y con él la liberación en realidad es posible.

Dadas las dos y media de la tarde la fila era enorme para entrar al jardín cercado del centro de Coyoacán, aun cuando el evento estaba previsto para las tres y media y todos sabíamos empezaría al menos una hora después. Una vez adentro, la plaza se sentía llena de vida, aun cuando los vendedores ambulantes tuvieron esta vez que quedarse afuera, salvo el par que llevaba su mercancía bien escondida en la mochila. Había música y cantos; rituales y una especie de altar; banderas ondeantes de Bolivia, México y la hermosamente colorida de los pueblos indígenas; jóvenes, en su mayoría alternativos vestidos muchos con prendas indígenas; estudiantes con su característico ¡Goya!; intelectuales; extranjeros; familias enteras; encachuchados con gorras del PT; una viejita bailando formidablemente ya fuera al ritmo del canciones indígenas o del jarabe tapatío…un niño pequeño que vendía calcomanías y gritaba: “¡Fuera Calderón!”

Al llegar Evo, la antelación crecía ya que eran varios los que habían planeado hablar antes que él. El primero, Raúl Flores García, Jefe Delegacional de Coyoacán, fue terriblemente abucheado, pero los ánimos se calmaron al escuchar a la Senadora Rosario Ibarra de Piedra y a los distintos representantes de los pueblos indígenas; así hablaran en distintos dialectos y sin entenderles, la audición oía con atención y respeto. Estuvo aquel indígena que recordó y nos recordó a Zapata con su característico bigote y vestimenta al entregarle el “bastón de mando” a Evo. Finalmente, antes que Evo Morales, habló el embajador de Bolivia en México, Jorge Mansilla Torres, reconociendo que los pueblos indígenas tienen su lugar gracias a las reformas impulsadas por el sí legítimo Presidente de Bolivia.

Evo comenzó saludando y reconociendo a aquellos movimientos sociales “que luchan - que sueñan por otro mundo, por otra vida que acompañe la igualdad y dignidad de todos los pueblos de América Latina”. Se mostró también sorprendido por la gran concentración que lo acompañó; las porras por Evo no paraban cuando dijo que aprovechando la reunión del día siguiente en Cancún venía para saludar y expresar “un profundo cariño y respeto por los revolucionarios de México”. El resto de su discurso se basó básicamente en responder a la pregunta de una de las oradoras anteriores: ¿qué podemos hacer para hacernos respetar como pueblos indígenas? A lo que él respondió con su experiencia en Bolivia; empezando con una lucha social, concientizando, movilizando y unificando para pasar de la resistencia civil a la toma del poder. Tomó años de organización, dijo, “nos enfrentamos a adversidades como cuando los conservadores, los neoliberales…los vendepatrias nos dijeron que no teníamos derecho a hacer política y al cuestionarlos nos acusaron de comunistas, de subversivos, de terroristas, de narcotraficantes…en el 2002 me llamaron el Bin Laden andino”.

Sin embargo, Evo recordó que la tarea se convirtió en recuperar lo que hicieron sus antepasados, defender las tierras y el territorio, los recursos naturales, los derechos de los pueblos indígenas y defender los servicios básicos, que afirmó, no pueden ser negocio privado. Con esta propuesta se pasó de la lucha social a la electoral en un frente común en donde el movimiento indígena se unió con partidos de izquierda, después con obreros y los intelectuales y profesionistas fueron los últimos en creer en el movimiento y proyecto político para la liberación de los pueblos de Bolivia. Él mismo, admitió, fue escéptico en un principio; “cómo puedo ser presidente yo, cómo un acusado de indígena, indio, narcotraficante, terrorista, comunista, subversivo, puede ser presidente…a veces cuesta trabajo creer lo que avanzamos y llegar donde llegamos…pero cuando hay gran compromiso con el pueblo, cuando hay gran sentimiento por la patria, cuando luchamos por la igualdad, por la dignidad y por nuestra soberanía, es posible”.

Y tan fue posible que Evo Morales nos recordó cómo se ratificó con el 64 por ciento de los votos como Presidente de Bolivia. Parte de su lucha inicial se enfocó en la recuperación de los recursos naturales, y sin ningún miedo naturalizó los hidrocarburos para el pueblo boliviano. Recordó así, el déficit fiscal que prevalecía en Bolivia desde hace décadas y que en el 2006 se convirtió en superávit gracias a la recuperación de los hidrocarburos. Bolivia, dijo, ha dejado de ser un país indigno que mendiga luchando permanentemente contra el intervensionismo del imperialismo. Afirmó, que si queremos el desarrollo de nuestros pueblos, una democracia legítima y no pactada, dignidad y soberanía, sólo la lograremos sin el imperialismo y capitalismo norteamericano; sólo así habrá paz y justicia social. Necesitamos, continuó, una nueva OEA sin Estados Unidos si queremos la liberación de nuestros pueblos y que mejor que la tierra de Benito Juárez, de Emiliano Zapata, con la fuerza de todos los pueblos del campo y la ciudad, las fuerzas obreras, intelectuales, profesionistas, para plantearnos la liberación de Latino América. Depende de las fuerzas sociales y de saberlas escuchar, de gobernar subordinado al pueblo como dijo el subcomandante Marcos, de recoger sus propuestas y saber debatir, el pueblo es muy sabio.

Hablo hacia el final de su discurso acerca de la importancia de nuestra responsabilidad global no sólo regional y de la necesidad de añadir en la lista de la lucha por los derechos humanos, políticos, económicos…la lucha por salvar al planeta tierra, recuperando nuestros recursos naturales. Reprobó el intento de privatizar un recurso tan elemental para la vida como el agua, instruido, dijo, por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Así, afirmó que sin el FMI y el BM, sin sus condicionamientos y sin su gendarmería estamos y estaremos mejor al igual que sin embajador de Estados Unidos ya que su presencia no es decisiva de los intereses y el bienestar de Bolivia. Antes de despedirse no dejó de reconocer a la Cuba de Fidel Castro, la Venezuela de Hugo Chávez y el Brasil de Lula. Se retiró del podium agradeciendo la fuerza brindada por la presencia de la gente y la devolvió como dijimos al principio con la frase de “Mucha fuerza hermanas y hermanos, ¡pronto México se liberará!”

No queda mucho que decir después de reflexionar sobre este discurso, mas resta mucho por actuar. Se encuentran similitudes entre Bolivia y México, al igual que diferencias; varios rubros en los que se le podría imitar transformando e innovando sus esquemas. Se comprende que no necesitamos cosechar esperanzas de sueños prometidos sino acciones concretas y unión en la búsqueda de un bien común. La unión de nuestras izquierdas y nuestras fuerzas; la intelectual, la universitaria, la del pueblo, la indígena, la sindical, la obrera, la minera, la campesina…No podemos esperar nuestra liberación, tenemos que encausarla.

Estado Inconstitucional - Segunda y última parte

En el escrito anterior concluimos con el artículo quinto constitucional, revisando la extinción de LyFC por todos conocida. El jueves 4 de Febrero se dieron por concluidas también las relaciones de trabajo entre Mexicana de Cananea y los más de mil agremiados del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, poniendo así en juego el respeto a los derechos laborales una vez más.

Referente a dicho tema, el derecho laboral no es el único que se viola, como en tantos otros casos, se empieza a quebrantar el derecho a manifestarse dictado por el artículo sexto constitucional y de asociarse por el noveno al no impedir o hasta fomentar actos de violencia contra manifestantes. Dicho es el caso en el resto del país, llamase intimidación hacia integrantes de organizaciones civiles y defensores de derechos humanos en Ciudad Juárez o universitarios y ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro en el Distrito Federal, al igual que en otros muchos casos y sitios del territorio nacional.

Esta amenaza no se limita a defensores de derechos humanos como Josefina Reyes, muerta en Ciudad Juárez el pasado enero, sino se extiende para quebrantar la libertad de escrito y publicación establecida por el artículo séptimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, violando así total y completamente la libertad de expresión. Como muestra tenemos las múltiples muertes de periodistas en México. Del 2000 a la fecha ha habido 59 muertes (al menos diez de éstas en el 2009) y ocho desapariciones de periodistas. En este año ya se han tenido victimas: el periodista asesinado José Luis Romero en Sinaloa y Valentín Valdés en Saltillo.

Por tanto, ya sea periodistas, defensores de derechos humanos o cualquier tipo de persona civil, los mexicanos estamos en riesgo de intimidación y violencia. Al contrario de lo dictado en el artículo dieciséis constitucional, ha habido recientemente múltiples casos de aprehensión sin fundamento legal ni mandato oficial. Al igual que se viola el artículo diecinueve cuando las detenciones sobrepasan 72 horas y se recurre al maltrato y al abuso. Tal es el caso de las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas convertidas casi siempre en tortura y homicidios extrajudiciales de presuntos sospechosos por el ejército. Estos abusos se convierten en una violación a los derechos humanos y los delitos quedan impunes, las autoridades se lavan las manos y se declaran inocentes aun cuando existan pruebas de lo contrario ya que los culpables son juzgados por tribunales militares cerrados a brindar información. Las garantías de los presuntos inculpados se detallan en el artículo veinte constitucional y leyéndolo podremos darnos cuenta de cuantas de ellas se quebrantan con gente en muchos casos inocente. Otro ejemplo reciente y bien sabido acerca de la violación de este tema referente al artículo veintidós que prohíbe la mutilación e infamia es el de la manipulación del cuerpo de El jefe de jefes a manos de los marinos, al permitir la toma (o tomar ellos mismos) de fotografías del cadáver semidesnudo con joyas y billetes encima. En este caso, un criminal, sí, más aun así no se excusa tal comportamiento ante ninguna persona difunta.

En un breve pero no total giro de tema, la Constitución también dicta en el artículo veinticinco que corresponde al Estado el desarrollo nacional, garantizar que éste sea integral, que fortalezca la Soberanía Nacional y su democracia permitiendo el pleno ejercicio de la libertad, dignidad y seguridad, al igual que el fomento del crecimiento económico mediante empleo y una justa distribución del ingreso y la riqueza. Bueno, por dónde empezar, si no hay una sola condición que se cumpla de esta fracción de la Constitución. En cuanto a la libertad, dignidad y seguridad que corresponde al Estado proteger, ya discutimos más de un caso en el cual esto no se cumple ni someramente. Y en cuanto al crecimiento económico se refiere, ya todos sabemos que el “Presidente del Empleo” ha sido todo menos eso. Durante el último trimestre del 2009, la tasa de desempleo fue la más alta desde el 2005 y de la Población Económicamente Activa, más del 28 por ciento trabaja en el sector informal y casi el nueve por ciento es población subocupada, sin olvidar que más del 62 por ciento de la población ocupada trabaja en el sector terciario o de servicios. Veamos las tasas de desempleo en la última década: 2000 (2.33% en el cuarto trimestre), 2001 (2.81%), 2002 (2.69%), 2003 (3.56%), 2004 (3.74%), 2005 (3.13%), 2006 (3.60%), 2007 (3.54%), 2008 (4.19%), 2009 (5.33%). ¡Bravo por la alternancia!, y en cuanto a inequidad se refiere sabemos que en México se lucha por la medalla de oro. No nos engañemos, el actual y mediocre desempeño no se debe a la crisis que enfrentamos a nivel mundial, ya que nuestro país ha estado también en los primeros lugares si se califica el mal manejo de la crisis.

Para terminar con las Garantías Individuales y el capítulo primero de nuestra Constitución tendríamos forzosamente que revisar el artículo 27, mismo que el último mandato presidencial ha intentado quebrantar con distintos niveles de triunfo en lo que va de su sexenio. El primer ejemplo podrían ser las modificaciones privatizadoras que incluyó Felipe Calderón en su propuesta de la reforma petrolera en el 2008, aun cuando la Constitución dicta que “corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o sustancias…”. Afortunadamente, desde las calles y los movimientos sociales se pudo frenar en gran medida este plan engañoso, acto sin precedente histórico. Sin embargo, Calderón abrió en el 2009 a la iniciativa privada ductos, distribución y venta de petróleo y ésta no ha sido la única violación a este artículo. Las concesiones mineras son otro ejemplo de la falta de protección de los intereses de los mexicanos de parte de las autoridades que no evitan excesos, ilegalidades e irregularidades. Como en tantos otros rubros, México se ha convertido en un paraíso fiscal para los consorcios mineros, más aparte, la explotación minera deja a su paso daños ecológicos importantes como deforestación, contaminación empobrecimiento y perjuicio a la salud de los que habitan dichos lugares, sin que los ingresos obtenidos beneficien en ningún modo directo a la nación. Estos son, quizá, dos de los ejemplos más considerables pero hay muchísimos más en la lista.

Es desconsolador ver como las garantías más esenciales merecidas por todos los mexicanos se quebrantan todos los días y en prácticamente todos los sentidos. Qué más se necesita para demostrar la profunda falla de nuestro estado y su inconstitucionalidad. Partiendo de que la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo y que todo poder público dimana de éste y para su beneficio, el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, palabras textuales del artículo 39 de nuestra Constitución. Más aparte, el artículo 84 nos dice que en caso de falta absoluta del Presidente de la República, el Congreso expedirá un presidente interino. Claro está que no hay mucho que esperar de nuestros servidores públicos en general, sin embargo, queda bastante claro que Felipe Calderón (ilegítimo desde un principio) ha cometido faltas mayúsculas durante su mandato, convirtiendo al país en un estado inconstitucional, y por tanto, su renuncia debiera ser inapelable.

lunes, 15 de febrero de 2010

México en el metro

La gran mayoría de los habitantes de la Ciudad de México y área conurbada han utilizado en algún momento de su vida el Metro, aun cuando sea sólo para el ocasional paseo dominical, por que su coche no circula o porque se averió. Son dos millones de usuarios diarios los que transitan por sus túneles topándose unos con otros, corriendo apresuradamente mientras bajan las escaleras para alcanzar el tren que se aproxima y peleándose por cualquier asiento disponible. Aquellos que contribuyen para despoblar las avenidas retacadas del D.F. y utilizar un medio de transporte más benigno para los capitalinos y su medio ambiente.

En común, la mayoría de estas personas tienen la constante lucha por sobrevivir el día a día; el cansado horario fuera de sus casas de cinco de la mañana a diez de la noche; el tener que hacer dos o tres cambios de metro más aparte tener que tomar dos o tres microbuses, rutas o peseros; el ganar salario mínimo; el dormir menos de cinco horas diarias…

Sin embargo, impacta cuando alguna señora, con la mirada cansada, el cabello despeinado y la frente brillosa de trabajar todo el día puede regalarte una sonrisa. Tantas son las sorpresas con las que te topas en el metro. Como cuando una joven universitaria entra al vagón y recita un poema de Jaime Sabines; o cuando nos encontramos a un viejito tocando un violín al cual solo le quedan dos cuerdas, desentonado, con tennis y sombrero, la figura nos llena de una gran ternura; o al escuchar una canción que nos gusta proveniente del estereo de un comerciante que la interrumpirá con gritos de venta.

Muchas son también las interrupciones del metro, algunas molestan, casi todas entristecen, aunque con el tiempo pareciera que uno se va acostumbrando a ellas y comienzan a pasar desapercibidas. Podemos pretender leer, hundirnos en nuestro libro o periódico o conectar los audífonos del ipod a nuestros oídos y desconectarnos de nuestro alrededor. Sin embargo, todos recordamos aquellas primeras veces que un niño de diez años o una mamá con el bebe en la espalda nos repartió un volante rosa pidiendo ayuda para salir de su pobreza; o al niño de quince años que debería estar en la escuela y en lugar de eso nos vende discos musicales; o al invidente que pasa cantando y rebotando su bastón con el posillo en el que dos o tres le depositan monedas; o al señor que no puede caminar y se arrastra por el piso pidiendo dinero.

Es difícil mirar ante la realidad que se nos presenta. Es más fácil talvez vernos agobiados por las horas pico en las que nos apretujamos en los vagones del metro como sardinas enlatadas, o cuando hay que esperar más de dos trenes para tomar el nuestro, o cuando el metro se detiene por veinte, treinta o cuarenta minutos, o cuando levitamos levantados por la multitud que nos saca de nuestro vagón sin mover un dedo. Todos estos eventos nos afectan directa y personalmente, talvez los disculpamos por el hecho de que somos llevados de un extremo a otro de la ciudad por sólo tres pesos. No obstante, los eventos que intentamos borrar de nuestra memoria y cegarnos frente a ellos son quizá los que más nos duelen y los que dañan inmensamente nuestro colectivo. Son un reflejo de nuestras carencias como sociedad.

Todo transporte público nos obliga a enfrentarnos con la realidad, pero no hay ninguno que lo haga de manera tan tajante como el metro. La desigualdad que inunda nuestro país se refleja claramente en él cuando nos damos cuenta de los dos o tres ejecutivos trajeados o el par de juniors que lo ocupan un par de veces al año frente a los millones de mexicanos que lo sufren día tras día. Y no por que sea una mala forma de transporte, sino por que los mexicanos hemos decidido aceptar desigualdades hirientes y al mismo tiempo rechazar lo que resulta de ellas.

sábado, 6 de febrero de 2010

El diluvio

En la madrugada del miércoles pasado el viento azotó con furia la Ciudad de México, la lluvia le siguió. Al final de ese día, se reportaban alrededor de 65 árboles derribados y varios espectaculares. Pero el frente frío 28 no sólo afectó al Distrito Federal, hubo heridos y muertos en Chihuahua, Nayarit, Michoacán, Jalisco y Estado de México. Hubo derribes, se desbordaron ríos, se afectaron cultivos…




Para el jueves parecía que nunca pararía de llover, habían caído ya aproximadamente 36 millones de metros cúbicos de lluvia en el DF. Los vientos arreciaban y los árboles derribados ahora sumaban 184, las fuertes rachas de viento también volaron techos de varias viviendas. Centenares de familias resultaron afectadas por las inundaciones, miles de personas damnificadas fueron desalojadas de sus hogares; en algunas zonas del DF el agua alcanzó un metro y medio de altura. El caos vial y la suspensión de ciertas estaciones del Metro se tornaron preocupantes, Marcelo Ebrard declaró la capital en estado de emergencia, el drenaje profundo había colapsado.

Sin embargo, la realidad fue aun más amarga para los habitantes de Ecatepec, Neza y Valle de Chalco al fracturarse el cauce del río de Los Remedios y el muro de contención del canal La Compañía y desbordarse el drenaje Xochiaca. Esto afectó a más de veinte mil personas que quedaron atrapadas en medio de aguas negras que entraron a casas estropeando todo lo que había adentro, sin mencionar las consecuencias de insalubridad que esto provocará. Las azoteas tuvieron que convertirse en refugio.

En cuanto a servicios se refiere, el viernes había colonias que llevaban 72 horas sin luz; cuarenta y tres mil habitantes, 90% de la población de Amecameca, estado de México, se quedaron sin energía eléctrica. Dichos apagones impidieron funcionamiento de bombas de agua, lo cual agravo las inundaciones. Aun así, el gobierno federal rechazó la ayuda del SME para reparar fallas de la CFE. El servicio de agua también se suspendió a miles de personas en el Valle de México.

La intensidad de lluvias en esta temporada es inusual y no ocurría desde 1989. En tres días el Cutzamala recibió diez veces más agua que lo captado en dos años. Esta irregularidad meteorológica obedece al fenómeno de El Niño, a una tormenta invernal y a un frente frío que en conjunto afectaron inmensamente a toda la Republica Mexicana.

En tres días fueron 25 los muertos en cuatro entidades y mientras tanto la ineficacia de gobiernos locales y el federal se hace latente ante la tragedia y sufrimiento de los habitantes su país. Que no les extrañe cuando dicha ineficiencia provoque brotes de explosividad social e ingobernabilidad al ver caer, parece que simbólicamente, la bandera nacional ubicada en la glorieta de San Jerónimo.

martes, 2 de febrero de 2010

Estado Inconstitucional - Primera Parte

Al asistir recientemente a una conferencia dada por Pedro Miguel, columnista de la Jornada, referente a los recientes apagones que han afectado al Valle de México, se discutieron, entre muchos otros temas, algunos de los muchos artículos de nuestra Constitución Mexicana que en la actualidad no se cumplen y se violan por el régimen de Felipe Calderón. Tal hecho convertiría a México en un Estado inconstitucional. Siendo dicho tema de vital importancia para el funcionamiento de nuestra nación, es elemental estudiarlo y reflexionarlo.

Enfocándonos en los artículos principales de la Constitución debemos empezar talvez por el primero que dicta que “en los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución…Está prohibida la esclavitud…Queda prohibida toda discriminación…”. A través de esta reflexión comprobaremos que la gran mayoría de los mexicanos no gozamos de todas las garantías otorgadas por la Constitución. Más aparte, la esclavitud y discriminación no han quedado en el pasado.

En cuanto a esclavitud se refiere, los ejemplos son muchos y por tanto aun más dolorosos. México es un país fuente, tránsito y destino de personas traficadas para el propósito de explotación sexual, comercial y de trabajo forzado. Los grupos más vulnerables incluyen mujeres, menores de edad, indígenas y migrantes indocumentados. La labor campesina, por ejemplo, en varias regiones del país es deplorable e infrahumana poniendo en peligro la vida de los trabajadores con plaguicidas tóxicos, horas forzadas, etc. En otras regiones del país, la trata de personas es de los negocios ilícitos más lucrativos, privando de la libertad a personas y obligándolas a realizar actividades degradantes. Como ejemplos de esclavitud más concretos y recientes tenemos a el “Hospital Santo Tomás-Los Elegidos de Dios” en Iztapalapa que mantenía a cientos de personas en condiciones de esclavitud. Y qué decir de las precarias condiciones en que trabajan las personas que intentan sustituir a los trabajadores de LyFC, violando así los derechos humanos y laborales. A consecuencia, en el mes de enero se registraron accidentes, heridos y hasta muertos; al no darse abasto en la demanda de la zona centro del país, empresas contratistas traen personal en condiciones casi de esclavismo que laboran en situaciones miserables de subsistencia, incluso se tiene a menores de edad haciendo trabajos de reinstalación. Tal parece que es así como Calderón quiere ver a los trabajadores de este país.

Por otro lado, hablar de discriminación en un país tan plural y con una diversidad cultural tan rica no hace ningún sentido. Sin embargo, en México se discrimina a las mujeres, los indígenas, los inmigrantes, los niños, los pobres, los discapacitados, los enfermos, los ancianos, la gente con sobrepeso, los gays, etc. En este último grupo me gustaría centrar la reflexión de esta fracción de la constitución por el debate que se ha dado últimamente en nuestro país. La Constitución nos dice: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad…, las opiniones, las preferencias…o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga como objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.” Por tanto, la preferencia sexual de una persona no debe cuestionarse ni juzgarse bajo ningún argumento; su derecho de matrimonio tampoco puede negársele. En cuanto a la intromisión de la iglesia católica en este asunto de Estado, el artículo 130, que habla de la separación del Estado y las iglesias, dicta que “los actos del estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de las autoridades administrativas…”, sin mencionar que es altamente cuestionable la autoridad moral de la iglesia dada su reciente historia de pederastia. Es impresionante también que se utilicen argumentos tan absurdos como el de que la adopción gay generaría discriminación y burlas, cuando la Constitución prohíbe dicha discriminación. La discriminación a hijos de madres solteras o adolescentes, de matrimonios interraciales o de matrimonios homosexuales es intolerable y algo que como sociedad tiene que modificarse. En el caso de la adopción gay debe aceptarse que esta científicamente comprobado que la salud anímica y mental de los niños no será afectada y en cambio se le dará hogar y cariño a un niño que de no ser así podría tener una vida callejera, rodeado de crimen y drogas.

Siguiendo adelante, el Artículo 2º dicta que “la Nación Mexicana es única e indivisible y tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas…”. Entre los temas que podrían tratarse en base a éste y su incumplimiento están la falta de reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas (los artículos 26, 27, 28 y 29 ofrecen más bases para esta defensa); el uso y disfrute preferente de los recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan los pueblos y comunidades indígenas; la falta de protección a jornaleros agrícolas migrantes de pueblos indígenas; la violación de los derechos humanos de los indígenas; la pésima cobertura de salud del sistema nacional en pueblos indígenas; el no garantizar el derecho a la educación en pueblos indígenas, etc. Éste ultimo tema es doblemente infringido ya que el articulo 3º indica también que todo individuo tiene derecho a recibir educación laica y gratuita. La educación básica en México consta de primaria y secundaria solamente, y aun así, 31.6 millones de mexicanos viven en rezago educativo, de los cuales 23.1 millones son adultos sin educación básica. Mas aparte, según la constitución, el Estado tiene la obligación de promover “todos los tipos y modalidades educativos – incluyendo la educación superior – necesarios para el desarrollo de la Nación; apoyará la investigación científica y tecnológica y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura”. No obstante, los recursos destinados a la investigación, a la cultura y a la educación pública superior llevan años siendo insuficientes y para el 2010 el ejecutivo planeó que fueran aun menores. Otro rubro en el que el gobierno de nuestra nación provoca y fomenta la inconstitucionalidad y con ello el deterioro de nuestro país.

“El varón y la mujer son iguales ante la ley.” Esto nos dice el Artículo 4º constitucional, sin embargo, la desigualdad de género persiste y por varios motivos dicho artículo es corrompido. Un ejemplo es como las reformas recientes a las constituciones en los estados de la República para redefinir el concepto de vida contravienen el artículo 4º en materia de reproducción y el derecho a elegir el número de hijos a tener. Más aun, México está entre los países con mayor desigualdad salarial de género; existen 8 millones más de mujeres que de hombres que trabajan sin seguro médico ni derecho a pensión, arrinconándolas este hecho a convertirse en dependientes económicos durante la vejez.

La realidad es que en México hay muy poco respeto al derecho laboral resguardado por el artículo 5º y 123º constitucional, sin embargo, es posiblemente aun más indignante cuando el propio gobierno es quien viola la ley privando a miles de personas del producto de su trabajo como en el caso de la extinción de LyFC, sin mencionar los muchos otros artículos constitucionales que se violaron en consecuencia como la garantía de audiencia y derechos sociales.

Dado a lo extenso de nuestra Constitución y sin pretender abarcarla toda se continuará esta discusión en un próximo escrito.