lunes, 4 de enero de 2010

Responsabilidad global


Hace más de 50 años, una de las figuras más importantes en la conformación del mundo de la posguerra en Estados Unidos, George F. Kennan, afirmaba que al tener el 50% de la riqueza del mundo y 6.3% de su población, la tarea de este país era diseñar un modelo de relaciones que les permitiera mantener esta posición de disparidad. Habiendo cumplido esta tarea en el ámbito político y social en el pasado, hoy en día este país ha hecho imposible alcanzar convenios equitativos y ha rehusado a corresponsabilizarse por ser una de las economías más contaminantes del mundo. En relación con los años 50s, Estados Unidos logró triplicar su consumo de energía per capita; el uso de petróleo en el sector transporte subió más de 300 %, el consumo de madera un 171%, el uso de carbón 128% y el uso de agua 127%.

Tomando en cuenta que estos patrones de consumo son ampliamente conocidos (aun si no siempre enjuiciados) por la sociedad internacional, lo que no se sabe es que la industria responsable del 38% del consumo de energía de este país es la de la construcción (usando 40% de la materia prima del mundo), mientras el transporte representa el 27% del uso energético de esta nación.

Por tanto, es urgente que tanto este país como muchos otros transformen el modo en que edificios y comunidades son diseñados, construidos y operados para permitir que exista un ambiente saludable que mejore nuestra calidad de vida. Las regulaciones públicas y gubernamentales junto con profesionistas del área (arquitectos e ingenieros) deben evaluar cuestiones como tener sitios de construcción sustentables, diseñar acorde a condiciones climáticas locales y especificas, reducción de contaminación lumínica, eficiencia de agua, reducción energética, uso de energías renovables y verdes, reciclaje de materiales, uso de materiales locales, uso de materiales no tóxicos, etc.

Dichos estatutos han sido considerados en algunos países europeos y en el caso especifico de Estados Unidos en estados como California, aun cuando esto haya sido a raíz de crisis petroleras como el embargo de 1973. Lo cual resultó en regulaciones de eficiencia energética que han creado ahorros de 50 billones de dólares en costos de electricidad y gas natural recortando el gasto per cápita de electricidad en California casi a la mitad del uso del norteamericano promedio.

Reglamentos como este deben hacerse presentes de manera internacional comenzando por los países ricos y poderosos, por sus gobiernos y grandes empresarios y respetados por sus profesionistas que diseñan y construyen, tomando en cuenta que las ganancias a largo plazo tanto en el terreno monetario como ecológico y social serán enormes.

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